Al día de hoy, Nicaragua mantiene más de 200 presos políticos periodistas, políticos opositores, miembros de la Iglesia católica y defensores de derechos humanos, entre los cuales están Félix Maradiaga y Mauricio Díaz, miembros de organizaciones de Relial.
En 2018 las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega por la reforma del sistema de Seguridad social dejaron un saldo de más de 300 muertos y cerca de 700 detenidos, lo cual derivó en un grave descontento social que se manifestó a lo largo de los siguientes años.
Debido a las crecientes presiones nacionales e internacionales, entre 2019 y 2020, el régimen Ortega-Murillo excarceló presos políticos hasta llegar a la mínima cantidad registrada desde las protestas de 2018 por el Mecanismo para el reconocimiento de personas presas políticas en febrero de 2020, cuando se reconoció a 61 presos.
Después de eso, la cifra no dejó de subir. En 2021, meses antes de las controvertidas elecciones en las cuales Daniel Ortega se reeligió por cuarta vez, las fuerzas del régimen arrestaron a abogados, líderes de oposición y candidatos a la presidencia del país. El desconocimiento del paradero de las víctimas llevó a Amnistía internacional a considerar los hechos como desaparición forzada.
Después de meses en los cuales diversas organizaciones internacionales se manifestaron contra los hechos, el gobierno dio a conocer la ubicación de los presos y permitió una mínima cantidad de visitas.
La organización Sé humano Nicaragua ha denunciado que los presos políticos se encuentran en condiciones de tortura. De acuerdo con reportes de familiares, las víctimas han perdido entre 25 y 90 libras de peso, son sometidos a interrogatorios diarios para debilitar su salud física y psicológica, reciben únicamente 10 minutos de luz solar a la semana y pasan frío debido a la prohibición del uso de sábanas o cualquier forma de abrigo.
Aunado a ello, tienen prohibido hablar o consultar cualquier material de lectura y se encuentran aislados de sus familiares y seres queridos. Aquellos que son padres o madres no pueden recibir ningún tipo de comunicación de sus hijos menores, ni siquiera dibujos o cartas.
Tras las denuncias de familiares y allegados sobre la extrema pérdida de peso de la cual fueron víctimas los presos y de una campaña de retratos hablados en la cual se exhibía el deterioro de los opositores, se alertó a los medios sobre cómo se les estaba proveyendo de cantidades inusitadas de comida, así como cortisona para aliviar el dolor y fomentar el aumento de peso.
Poco después, a finales de agosto de 2022, algunos presos políticos fueron mostrados al público para supuestos juicios, a pesar de que el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) advirtió que todos los presos habían sido ya notificados de su sentencia. Esto llevó a activistas de oposición a calificar los hechos como un acto publicitario para descalificar las denuncias de los familiares ante la opinión internacional.
Los presos políticos son una de las abundantes manifestaciones de autoritarismo en el país. Sumado a ello se encuentran los constantes ataques contra la Iglesia católica, la persecución y el cierre de los medios independientes y la reciente declaración como persona non grata de la embajadora de la Unión Europea.
Por ello, desde Relial exortamos a la comunidad internacional a utilizar todos los mecanismos a su alcance para frenar la grave crisis de derechos humanos que se vive en el país y expresamos nuestra completa solidaridad con las víctimas y los familiares de los presos políticos.
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