También puedes ver el informe con gráficos en Instagram
El 7 de octubre de 2019 se inició en Santiago de Chile un proceso sistemáticode evasiones en el servicio de metro bajo la queja del alza en los costos del pasaje. El fin de semana del 18 al 20 de octubre se produce una seguidilla de ataques incendiarios en diversas partes del país. Ya el mismo viernes se habían quemado 20 estaciones del servicio de metro. Esto implicó una clara alteración del normal funcionamientode la ciudad capital, que luego se extendió a otras ciudades del país, lo que puso en jaque al gobierno de Sebastián Piñera, obligándolo a tomar medidas constitucionales como el estado de emergencia, con el fin de restablecer el orden público.
• Desde el inicio de las movilizaciones el día 18 de octubre, se ha producido una ola creciente de manifestaciones callejeras que no han parado hasta la fecha, donde han existidonotables actos de violencia como la destrucción de propiedad privada y pública en diversas ciudades, la quema de supermercados, el saqueo del comercio en general,ataques a templos religiosos, agresiones entre civiles, etc.
• Al observarse las expresiones y opiniones de los ciudadanos en las calles y redes sociales, lo que al parecer se cuestiona es la noción de abuso y privilegio respecto a diversosámbitos de la vida social, política y económica de los chilenos. Hasta ahora, las reclamaciones han apuntado esencialmente a la clase política, lo que no implica que no exista una crítica abierta a las élites en general.
• Esto, al parecer, se relaciona también con la crisis de legitimidad que afecta a una diversidad de instituciones y actores, incluidos el gobierno, el Congreso, los partidospolíticos y los empresarios. Además, a este contexto debemos sumar los niveles de desafección política y desconfianza generalizada, que parecen acrecentar el descontento ciudadano. En ese sentido, esto parece ser una explosión inorgánica, producto de una diversidad de demandas desarticuladas, relacionadas con distintos aspectos de la vida de las personas (acceso a salud, pensiones, ingresos, oportunidades, inseguridad) en las cualeshay una lectura común: existen inequidades y privilegios.
• Si bien hay heterogeneidad en las movilizaciones masivas, el elemento generacional juega un rol preponderante, aparejado con la presencia de gente de clase alta que se define de izquierda.
• Respecto a las causas hay una pugna en cuanto al diagnóstico. El que ha predominado en distintos niveles es el del descontento subyacente, que habría hecho eclosión a través de las evasiones y que sería reflejo de una ciudadaníadescontenta con el modelo vigente, producto de las profundas y supuestas desigualdades que este generaría. Pero, si efectivamente la gran mayoría hubiese estado en contra del modelo, y a favor de reformas estructurales profundas, como las que representaba Michelle Bachelet y su coalición, está última no habría sido derrotada en la última elección presidencial,donde fue electo Sebastián Piñera. Es decir, la desigualdad no es necesariamente explicativa de lo que hoy vemos en Chile.
• El otro diagnóstico, menos considerado pero factible a la luz de los hechos, es la abierta disposición de un importante sector de la izquierda por desestabilizar al gobiernodemocrático, la estructura económica, el estado de derecho y el orden jurídico, lo que se ha expresado en una secuencia lógica organizada y no necesariamente espontánea,mediante evasiones masivas sistemáticas en el Metro, con la consecuente alteración del sistema de transporte público de Santiago, ataques incendiarios simultáneos a la red de Metro y su extensión a supermercados y redes de distribución a lo largo del país; apoyo televisado a la revuelta por parte de autoridades y legisladores de sectores de oposición del Partido Comunista y el Frente Amplio, la justificación de la violencia bajo el rótulo de desobediencia civil; la solicitud de renuncia del Presidente y dereformas estructurales inmediatas, la posterior acusación de dictadura debido al estado de excepción constitucional establecido por el gobierno.
En lo esencial, Chile está viendo en riesgo sus marcos democráticos más esenciales.Existe un abierto llamado, por parte de ciertos sectores de la izquierda como el Partido Comunista y el Frente Amplio, a no respetar los cauces institucionales para resolver la tensión política y social, con el fin de instaurar una Asamblea Constituyente. Estos sectores han aprovechado la coyuntura, expresando mediante sus acciones y discursos un abierto apoyo al levantamiento popular como modo, no solo de presionar al gobierno y la clase política en general, sino de hacer caer el gobierno, cuestionar elorden jurídico vigente y propiciar reformas estructurales a través de un proceso constituyente.
En ese sentido, dichos sectores están intentando configurar la movilización como una revuelta contra la derecha en el gobierno y contra el orden políticoy económico vigente amparado en la actual constitución. Para ello, han azuzado de manera sistemática las movilizaciones y han sido notoriamente condescendientes con la violencia desatada por lo que llaman grupos de descolgados, que son parte de las marchaspero que, a la hora de establecer responsabilidades, se consideran como ajenos a las mismas. Simultáneamente han acusado al gobierno de vulnerar los DD.HH, mientras a la vez cuestionan el orden constitucional.
I. Los marcos del orden jurídico que resguardan las libertades y las reglas del juego democrático que permiten la estabilidad política están siendo amenazados por grupos quepropician no solo la desestabilización del orden político, sino una salida extrainstitucional bajo la excusa de una Asamblea Constituyente, la renuncia del presidente y el llamado anticipado a elecciones.
II. El Estado de Derecho se está viendo debilitado tanto por la acción de grupos violentos que actúan impunemente y sin control, como también por la acción de las propias policíasque son acusadas de vulnerar los DD.HH. En ese sentido, existe serio riesgo de que la violencia vaya en escalada.
III. Existe efectivamente un alto nivel de desconfianza por parte de la ciudadanía respecto a diversas instituciones, tanto partidos políticos, como el gobierno o los tribunales,lo que acentúa la sensación de crisis, de ingobernabilidad y deja abierta la posibilidad de una salida a distintas pretensiones, muchas de ellas reñidas con la democracia.
IV. En términos estrictos, se acusa al modelo económico de ser la causa principal del problema, pero lo que se ve es que el problema es más bien de índole política. Si bien existendesafíos en cuanto a mejorar las condiciones de vida, el argumento contra la desigualdad como principal problema se torna más bien artificial. En cierto modo, la reclamación no es contra la desigualdad sino contra lo que se lee como injusticias, las cualesparecen estar radicadas en la forma en que ciertas instituciones del estado han funcionado, partiendo por el propio Congreso.
Respecto a Chile, el llamado de la comunidad internacional debería estar centrado en llamar e instar a los diversos actores a respetar el orden democrático y constitucional chileno, junto con el gobierno legítimamente electo, frente a las pretensiones desestabilizadoras de sectores que no creen en la democracia representativa, ni en el Estado de Derecho ni en la libertad económica como modos de alcanzar el progreso. Pero además, debería instar a fortalecer la protección y respeto de los DD.HH. bajo un equilibrio entre los criterios de eficacia y garantías.
Cerrada Relox 32,
Col. Chimalistac 01070,
Ciudad de México
© RELIAL 2024
Diseño web: durandesigner studio